miércoles, 28 de septiembre de 2011

Delphos, un vestido para la historia

Si hay una pieza de indumentaria que merece un tratamiento especial esa es la del vestido Delphos. Se trata de un vestido-túnica de diseño único, creado por Fortuny alrededor de 1907 después de un viaje por Grecia. Esta túnica estaba inspirada en el chitón griego que Mariano Fortuny decidió crear este espectacular vestido después de contemplar el Auriga de Delphos.


 
Primero, hemos de señalar que patentó su creación en el año 1909. La principal característica de este vestido es el plisado, que hacía con una técnica secreta (se cree que lo realizaba con la seda mojada aplicándole unos tubos de porcelana caliente). Lo cierto es que nunca se ha conseguido un plisado igual, aunque si parecido.

La estructura del vestido la componían cuatro trozos de tela cosidos entre sí que formaba a su vez un cilindro de igual anchura que altura.




 
Otra de las características era que se ceñía al cuerpo con una cinta de raso decorada con motivos vegetales, bien a la cintura o debajo del pecho. Se sujetaba a los hombros con cristales de Murano (hechos ex-profeso para su colección Delphos).

No había dos Delphos iguales: todos eran exclusivos, pues tanto el  proceso del plisado como el teñido se hacían de forma artesanal. No hay que olvidar que Fortuny era pintor y conocía a la perfección las técnicas del color.

Con el vestido Delphos llegó la revolución pues representaba la liberación del cuerpo femenino (hasta entonces se usaba corsé). La túnica se adaptaba al cuerpo marcando la silueta e incluso se llevaba sin ropa interior.
Solía realizar su colección de vestidos en colores intensos (verdes, azules, violetas, rojos, blancos, rosas, etc.). Para ello utilizaba tinturas de origen vegetal o mineral combinadas magistralmente con fórmulas secretas que le proporcionaron sus amigos artesanos venecianos. Cuenta la leyenda que cuando murió, su esposa, Henriette, lanzó todas las tinturas a los canales venecianos para que nadie pudiera imitarlas.



Muestras de tejido. Fuente: Museo del traje

 
La biografía de Mariano Fortuny y Madrazo resulta bastante interesante. Granadino de nacimiento y veneciano de adopción, destacó como pintor, pero no un pintor cualquiera. Era inquieto e investigaba todo lo relacionado con las artes tanto a nivel tecnológico como industrial. Su máxima aspiración era convertir lo cotidiano en obras de arte.
Antes del Delphos creó el Knossos, que era un velo decorado con motivos cretenses. Este velo tuvo mucho éxito pues con él vistió a las bailarinas de la Opera de París, hecho que ya causó bastante expectación, pero nada comparado con la creación del Delphos.



Muestra de un Delphos con un velo Knossos. Fuente: Museo del Traje

 
La faceta comercial de Fortuny es también digna de resaltar. Él tuvo visión de futuro y, además de patentar su creación, se encargó de promocionar y expandir su negocio por Europa y Norteamérica.
Cualquier mujer moderna y con poder económico debía tener un Delphos. 

Su primera modelo fué su mujer a la que retrató con diferentes modelos que luego exponía,luego lo haría con las mujeres más importantes. La actriz francesa Sarah Bernard y la bailaora Isadora Duncan eran fieles clientas de este maestro.

También fué avispado a la hora de comercializarlo pues el envoltorio era muy especial. Se servía enrollado y retorcido sobre si mismo y a su vez envuelto en papel de seda metido en una caja de cartón con el nombre de Fortuny en la tapa.

Como curiosidad, prácticamente un siglo después de su creación, Natalia Vodianoba lució un Delphos en la Gala Met del año 2008 (tal como podemos observar en una foto más arriba). 

Podríamos asegurar que el Delphos sigue y seguirá siendo inmortal.


By Mariluz



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