El color negro no deja a nadie indiferente, es un color que apasiona o produce rechazo. Si lo vemos desde el punto de vista de la colorimetría es la ausencia de luz, no posee ninguno de los tres colores principales (amarillo, azul o cian y rojo). Sus detractores opinan que es un tono sin personalidad que elegimos cuando queremos pasar desapercibidos, ser neutros e incluso lo utilizamos para vestir de uniforme. Es un comodín perfecto.
Pero a pesar de todas las connotaciones negativas, posee otras características muy apreciadas. Brilla con luz propia para vestir la noche, es el color de la magia, de la seducción, es misterioso, hace sentir cómoda a la persona que lo usa y como es un básico nunca falla.
Las mujeres lo utilizamos tanto en prendas interiores como exteriores para sentirnos sexys porque desprende sensualidad. Sin embargo, en algunas ocasiones impide una comunicación abierta y fluida, por eso no es recomendable en entrevistas de trabajo.
El color negro se puso de moda a principios del siglo XX. Anteriormente a esta época únicamente lo vestían las clases bajas, era el color más apropiado para los duros trabajos de aquellos años. Lo vestían las sirvientas, las damas de la nobleza vestían de colores claros, luminosos, pues esta indumentaria reflejaba el poder adquisitivo de las mismas. Los vestidos claros se ensuciaban y por lo tanto estaban reservados para los momentos de ocio.
Durante la Primera Guerra Mundial y después de ella las mujeres vestían del color del luto, era demasiado habitual, las calles estaban llenas de madres y viudas que habían perdido a sus seres queridos. El ambiente era gris, la tristeza y la apatía lucían por doquier y vestir la indumentaria negra no era muy agradable.
Pero esta etapa tenía los días contados. Como ya hemos comentado en alguna ocasión, después de la Primera Guerra Mundial la mujer sufrió una transformación espectacular tanto a nivel físico como emocional. La incorporación al mundo laboral y deportivo hizo que cambiara su forma de vestir y sus aficiones.
Las mujeres optan por una imagen más andrógina, se cortan el cabello y adoptan indumentaria y colores anteriormente reservados a los hombres. Surge el estilo ”garçonne”.
Alrededor de 1920 entra en escena una gran creadora, Coco Chanel. Con ella llegó la revolución al mundo de la moda. Cabello corto, vestidos cuajados al cuerpo, sombreros “crochet”, bisutería, nuevos tejidos y como no, nuevos colores.
Ella fue la creadora del famoso ”Litte Black Dress”. Con él creó un nuevo estilo de vestir. Coco rompió moldes utilizando tejidos nuevos como el punto y el crêp que se adaptaban al cuerpo dándole sensualidad y libertad de movimientos.
En el año 1926 Coco Chanel presentó su vestido en la portada de la revista Vogue (emblema de la moda para las mujeres modernas).
El mundo del cine tuvo mucho que ver con este color, es de sobra conocida la fama de algunas divas como Greta Garbo, Marlene Dietrich o Rita Hayworth. Ellas lucieron como nadie este color en sus apariciones en la gran pantalla potenciado con un maquillaje y peinado que creó tendencia y aún hoy sigue resultando atractivo.
Si las divas de los años 30,40 y 50 fueron importantes iconos de moda, no se quedan atrás las actuales. Las reinas de los escenarios más importantes de los últimos años también recurren al negro para sus espectáculos. Lady Gaga, Madonna, Beyoncé, Kate Perry o Rihanna nos deleitan con su música y estilismos.
Como dato curioso y menos habitual también hay un sector de la moda que recurre al negro para crear colecciones de trajes de novia. En nuestra sociedad actual las novias suelen vestir de blanco o beige pero para novias diferentes los creadores también tienen propuestas.
Cabe destacar las creaciones de un gran modisto español llamado Cristobal Balenciaga, de origen vasco. Desde joven destacó por sus ansias de crear, plasmaba en dibujos todos sus diseños que gracias a su constancia le llevaron al éxito.
Decían de él que aparte de diseñador era un gran costurero, Coco Chanel sólo tenía alabanzas para él. Podríamos decir que era un arquitecto de la moda y destacaron sus vestidos negros con cortes muy estructurados, sus abrigos sin cuello ni botones y los cortes de manga japonesa.
Como vemos, lo mejor es invertir en un “litte black dress”: una prenda que lleva siglos estando de moda y que resulta la mejor opción para esta fiesta que estamos a punto de celebrar como oda a este color tan singular.
By Mariluz
Interesante artículo, ciertamente el negro es un color que encierra multitud de adjetivos y es capaz de sintonizar con gente dispar y momentos diferentes.
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